viernes, 28 de enero de 2011

http://www.youtube.com/watch?v=b3Ift3D1TT0&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=b3Ift3D1TT0&feature=related


Había un señor que estaba siempre en la misma plaza y vendía globos a gas.
Él era un excelente vendedor, y claro, su familia dependía de él.
Todas las veces, al llegar a la plaza, soltaba algunos globos al viento para atraer a la clientela.
Cierta vez, había un niño sentadito en uno de los bancos de la plaza, observando a este señor soltando los globos.
Su color favorito era el rojo, pero el señor dejó volar al amarillo, después un blanco, un verde, pero no dejó volar al rojo.
El niño, de mirada atenta, seguía cada uno, pero aborrecía una cosa, el hombre no soltaba el globo rojo.
Entonces, se acercó al vendedor y le preguntó:
- Señor, ¿si suelta el rojo, va a subir tan alto como los demás?
El vendedor de globos le sonrió comprensivamente al niño, cortó la línea que sujetaba al globo rojo y mientras subía por los aires le dijo:
- No es el color, hijo, es lo que está en su interior lo que lo hace subir.